Sí, son ridículamente caras.
Sí, las queremos igual.
Y no, no vamos a pedir disculpas por tener buen gusto.
1. Mesa Maelle de Joon Loloi
$41,500 MXN aprox. en joonloloi.com
Hecha con roble francés recuperado, cada mesa es única. Literalmente: cada raja, veta y tono viene con más personalidad que muchos invitados. Se entrega en una sola pieza, ideal si tu estilo de vida no incluye llaves Allen ni traumas de IKEA.
Nota editorial: nuestra obsesión con esta mesa no es racional. Pero es que la belleza tampoco lo es.
2. Taburete Eames de Herman Miller
Lo de sentarse es lo de menos.
$23,500 MXN aprox. en hermanmiller.com
¿Es un asiento? ¿Una escultura? ¿Un altar portátil para tu autoestima? No importa. Es Herman Miller, y eso significa: diseño inmortal, herencia garantizada.
¿Cómodo? No mucho. ¿Necesario? Tampoco. ¿Irracionalmente deseable? Absolutamente.
3. Vela Loewe
Para que tu sala huela a monasterio… pero de lujo.
$4,600 MXN aprox. en perfumesloewe.com
Las velas están sobrevaloradas. Excepto esta.
Huele a incienso caro, a cuero limpio, a editor de arte en París. Te transforma cualquier rincón en un manifiesto estético: “me cuido, pero también sé latín”. Ideal para departamentos en la Condesa… o para el baño, si te gusta marcar territorio aromático.
4. Lámpara Buds 2 de Foscarini
La luz de tu vida (y de tu presupuesto).
$36,000 MXN aprox. en lightology.com
Diseñada por Rodolfo Dordoni, mezcla vidrio tono cipria con una base transparente que captura la luz como un buen vino tinto.
No es lámpara de buró: es declaración de principios.
Grande, luminosa y con más presencia que muchos influencers. Si la enciendes, mejora todo: la habitación, tu estado de ánimo, y sí, incluso tu plática.
5. Cortina de ducha Autumn Sonata
Por fin, arte en el baño.
$2,800 MXN aprox. en autumnsonata.co
¿Cortinas de baño como piezas de colección? Claro.
Esta combina textiles tradicionales, estampados antiguos y un diseño que no grita “antihongos”. Si alguien la ve y piensa en funcionalidad, no merece volver a entrar a tu regadera.
Autumn Sonata es de esas marcas que descubres… y luego se convierten en parte de tu personalidad.
¿Son caras? Sí. ¿Lo valen? También.
En Woodenson creemos que hay belleza en lo inútil, en lo simbólico, en aquello que sólo cobra sentido cuando no lo necesitas para vivir, pero sí para sentirte vivo. Y eso, amigos, es lujo.
Sí, son caras.
Sí, lo valen.
En Woodenson creemos que hay belleza en lo inútil, en lo simbólico, en lo que no necesitas para vivir… pero sí para sentirte vivo. Y eso, amigos, es lujo.