Planchar camisas es de cobardes

Guía táctica para lavar, secar y colgar con precisión quirúrgica. La arruga no es bella, solo evitable.

 Guía táctica para lavar, secar y colgar con precisión quirúrgica. La arruga no es bella, solo evitable.

Este artículo va dedicado a esos héroes anónimos que renunciaron a las camisas “antiarrugas” porque les recordaban al pants sintético de la secundaria. Hombres y mujeres valientes que creen que el estilo empieza en la lavadora y termina en el clóset.

Antes del lavado: el primer movimiento

  1. Clasifica como un maestro del orden. Separa por tipo de tela y color. No es obsesión: es respeto por la prenda.

  2. Desabotona sin piedad. Cuello, puños y hasta ese botón que nunca usas. Así se lavan mejor y no se deforman.

  3. Dale la vuelta. Lavar del revés reduce desgaste y evita marcas visibles.

Lee la etiqueta como si fuera un manual de guerra. Si dice “no secadora”, créelo. El enemigo no es el agua, es el calor sin control.

Lavado: la técnica de precisión

  1. Agua tibia (máx. 30 ºC). El calor es enemigo de las fibras nobles… y de tu plan de no planchar.

  2. Programa delicado o antiarrugas. Tu lavadora tiene uno. No lo ignores: el ciclo “rudo” solo te da más trabajo después.

  3. Dosis mínima de detergente. Cero suavizante. Menos es más.

Tip local: usa detergentes como Roma o Ariel Líquido (con menor espuma). Si de plano amas el suavizante, opta por Ensueño Delicado, pero muy poco: en camisas finas puede dejar residuo.

Secado: aquí se define todo

  1. Centrifugado suave (600-800 rpm). Saca el agua sin crear surcos en la tela.

  2. Al sacar, sacude con estilo. Por los hombros, dos veces. Luego alisa cuello, puños y botonera como si fueras portada de GQ.

  3. Cuelga en gancho ancho de inmediato. Nada de esperar. Nada de pinzas. Abrocha el primer botón del cuello y uno a mitad de camino.

  4. Seca en sombra, sin viento fuerte. El sol mancha, el viento arruga. Solo necesitas ventilación y paciencia.

Vuelve en 30 minutos y estira con la mano. Collarín, espalda y costados. Un gesto simple, un resultado que se nota.

Magia extra (para casos rebeldes)

  1. Ducha caliente, camisa colgada. El vapor hace su trabajo mientras tú haces el tuyo.

Spray casero antiarrugas. Agua con un toque de vinagre blanco (o un chorrito de suavizante Ensueño). Rocía y alisa con las manos.

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